Ni en un autrorretrato tengo un refugio seguro

por | Jul 13, 2015 | Critica | 0 Comentarios

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Gregorio Vigil-Escalera – Noticiasdigital.es

Miembro de las Asociaciones Madrileña y Española de Críticos de Arte (AMCA y AECA).
Publicación del 15/03/2014

Mi amigo y artista PEDRO MORILLO sigue refugiado en su trinchera manchega para capear las atmósferas cerradas del invierno. Y durante las largas noches trata de utilizarse como caricia, bisturí, metáfora, fusil, ganzúa, interrogante, tirabuzón, blasfemia, candado, todas palabras de Benedetti que él entona cuando toma sus instrumentos de trabajo.

Así es como ese campo que es el origen y con ello nutre (nunca mejor dicho) con su singular sinfonía cromática un proceso que no tiene una idea determinada, excepto la de dejar la memoria de un magma genético en total movimiento y condensación y que se refiere a él mismo, va tomando las formas de un rostro que no descasa, que está zurcido, que se reinventa a medida que el color negro exige ser y convocar, asustar y contrarrestar.

Al final los rasgos y facciones van siendo ellas mismas, con distintas apariencias y semblantes, pero por encima de todo es el de un interrogador que no sabe como el destino le ha deparado esta presencia, esta piel cromática que le mantiene infectado por cada suceso, por cada evidencia que se le ha pasado y que ya es irreversible.